Me cuesta definirme. No sé quién soy, cómo soy, qué quiero, qué no quiero. Un día digo algo, al otro día digo totalmente lo contrario. Te puedo amar, y a la vez odiar. Te puedo amar y al otro día me cansás. Creo que tengo varias caras, o varias personalidades, o soy bipolar. Tengo muchos objetivos en mente y tantas actividades que quisiera hacer y como son muchas, no hago ninguna. Por falta de plata o tiempo, no puedo lograr nada. Quiesiera ser millonaria, fue siempre mi sueño de chica. No por el tema de la fama o el ego o para comprarme mansiones y autos, simplemente para poder hacer lo que me gusta sin tener obstáculos en el medio que me lo prohiban. Porque que uno no pueda hacer lo que ama o lo que le fascina, me parece el colmo. Tenemos tantas obligaciones por cumplir, que también tenemos el derecho de dedicarnos a hacer eso que tanto queremos. Yo ya tengo mi futuro armado, y eso me da miedo. Planié todo: la carrera, la facultad, la cantidad de hijos, los nombres. Hasta los detalles más insignificantes. Y quiero que sea así y que nadie venga a pincharme mis sueños. Me da temor el hecho de pensar que quizás, al creer que mi vida va a ser de tal manera o que voy a lograr tales cosas, no pueda cumplir ni la mitad de las cosas que había imaginado. Qué se yo, quedarme estéril, morirme, no conseguir pareja. Son posibilidades que están siempre en mi cabeza, y pienso y pienso. Porque ¿cómo voy a saber yo qué pasará con mi vida de acá en adelante? Tampoco sé si justo voy a poder tener seis hijos, si me va a dar el cuerpo, si mi pareja va a querer, si voy a poder económicamente, si justo van a salir tres mujeres y tres varones, o que a mi pareja le gusten exactamente los seis nombres que tengo pensado. Nadie sabe y todo puede pasar. Creo que soy muy imaginativa, soñadora. Eso es, sueño con la perfección. Sueño con ser flaca y linda. Sueño con cosas que jamás voy a lograr. Sueño con una utopía.