Mañana ya empiezan las clases, otra vez. Por suerte (o no), como dije ya varias veces, es mi último año. Eso es lo único divertido de empezar con la rutina, saber que estás en tercero y que todo lo que se viene va a ser divertido (y tranquilamente te podés rascar los huevos porque no tenés chances de repetir). Con todo esto iba a que me pongo a pensar en éste verano, éstas vacaciones, y me agarra una melancolía "salada" (muy uruguaya ¿no?). Sinceramente tuve un verano muy particular, difícil de olvidar. Se merece un gran aplauso por las salidas, las nuevas amistades que hice (sobre todo con conch y la chi), por las personas increíbles que conocí en uruguay... y acá también, por mis vacaciones a punta del diablo con mis amigas, y nada por todo lo que crecí, maduré y cambié. Espero que este año siga así (y no lo dudo eh), y por favor le pido a dios que no pase nada. Gracias a todos por estos casi tres meses inolvidables.